DEIDADES EGIPCIAS

DEIDADES EGIPCIAS



Tras los tres siglos de historia del Antiguo Egipto, y según los estudios realizados han aparecido más de 800 imágenes de dioses entre figuras y pinturas, no obstante y según el avance que experimenta la arqueología aun siguen apareciendo más deidades. Entre las más conocidas se encuentran:

AMAUET: paralelo femenino del dios Amón, su nombre significa “la oculta”. Mencionada por primera vez en los Textos de las Pirámides, ella y su esposo Amón fueron adorados en Karnak durante el Imperio Nuevo. También estaba asociada a Amón en el mito hermopolitano de la creación y con ello fue una de las divinidades primigenias.

AMÓN, AMÓN-RE: este dios con formas humanas y una corona alta de plumas fue considerado desde el Imperio Medio como el dios local de Tebas. Su lugar de culto principal fue Karnak, donde se le rindió culto junto a Mut y Khons. El dios del reino Amón, en el que se encarnaba la concepción abstracta de una divinidad con múltiples funciones debe considerarse como el producto de las especulaciones teológicas del Imperio Nuevo. Mediante su relación con el dios de la fertilidad Min, fue bajo la forma de Amón-Min-Kamutef el dios primigenio y creador que se engendró a sí mismo, como Amón-Re el garante de la continua renovación del mundo y como rey de los dioses el monarca de las esferas terrestre y celeste. En la XXI Dinastía se erigió en su honor un estado teocrático en la ciudad de Tebas. Desde entonces tuvo asegurada su función como máxima divinidad hasta la conquista de Egipto por Alejandro Magno, quien se hizo confirmar como hijo del dios por el oráculo de Amón en el oasis de Siwa.

ANUBIS: desde el Período Protodinástico está documentado este dios protector de las necrópolis que se representaba bajo la forma de un chacal o de un hombre con cabeza de chacal. Fue considerado dios de los embalsamamientos, guardián de los secretos y juez de los muertos. Junto a su madre, la diosa vaca Hesat y el dios toro Mnevis formó una familia divina. En los textos posteriores, por el contrario, se le considera como hijo del dios de los muertos, Osiris. Su culto está documentado en numerosos lugares de Egipto, estando su lugar de origen probablemente en el nomo XVII del Alto Egipto.

ANUKET: diosa de las crecidas anuales del Nilo, a la que hace referencia su alta corona de juncos. Junto con Khnum y Satet formaba la familia de divinidades protectoras de las cataratas del Nilo y se la consideró además señora de las tierras fronterizas del sur.

APIS: el toro Apis fue objeto de culto desde tiempos protodinásticos en Menfis y debe considerarse como un dios de la fertilidad y de la monarquía, es decir, estrechamente vinculado a la doma real. Basándose en una mancha en la frente y otros rasgos especiales, entre los rebaños de ganado se seleccionaba el correspondiente toro sagrado. Tras su muerte, los toros sagrados eran momificados y, desde el Imperio Nuevo, enterrados en el Serapeun de Saqqara. En el Período tolemaico, de la asimilación de Osiris y Apis surgió un nuevo dios greco egipcio llamado Serapis.

ATÓM: el dios-sol de la teología amarniense de Akhenatón fue representado como disco solar que proyectaba largos rayos cuyos extremos tenían la forma de manos humanas. Atón es la forma de dios más abstracta creada por el Egipto faraónico. Fue considerado como la luz del día que animaba a los hombres y animales. Akhenatón y la familia real asumieron en esta configuración teológica el papel de una familia divina que garantizaba la manutención del dios con ofrendas y con ello su aparición diaria. Las representaciones de Akhenatón ponen de relieve también las cualidades de dios creador del propio rey. La condena posterior dictada contra la teología de Amarna no afectó a la idea del dios Atónsino solamente a su representante en la tierra, Akhenatón.

ATUM: el nombre de este dios primigenio puede significar en la teología heliopolitana tanto “no ser”como también “ser completamente”. Esta ambivalencia se eligió seguramente de manera consciente y hace referencia a la situación original de la creación, que se manifiesta en Atum. ËL fue quien surgió de las aguas primordiales, preexistentes, como singularidad y quien de sí mismo creó los elementos del Universo y la pluralidad de las formas de los seres. En ello surgió el espacio (aire y humedad, cielo y tierra), se activó el tiempo cíclico y a continuación el tiempo lineal mediante la creación del más allá. Los hombres y los dioses fueron considerados como lágrimas y sudor emanados por este dios. En su lugar principal de culto, Heliópolis, se consideró al dios Atum de formas humanas y tocado con la doble corona real también como la forma vespertina del dios-Sol.

BASTET: el lugar principal de culto de esta diosa de la monarquía que originalmente tuvo la forma de leona y posteriormente de gato, era Bubastis (en el Delta este). Pero desde el Imperio Antiguo se le rindió culto también en Menfis donde se la vinculó con la diosa local Sakmet. Están documentadas otras asimilaciones con Hator y Mut y. Además, fue considerada en Heliópolis como hija del dios creador Atum. Su carácter correspondía al que oscila entre la amabilidad y la ferocidad como es el caso en el gato. En el Período Tardío y en la época grecorromana se consagraron a esta diosa protectora con aptitudes mágicas incontables imágenes en bronce que representan gatos.

BES: este dios protector documentado desde el Imperio Antiguo es de pequeña talla, tiene un rostro con barba cerrada y una mueca característica, que infunde temor. Estrechamente vinculado al dios guerrero Aha, vigilaba junto a la diosa Hator la sexualidad y el nacimiento, haciendo uso de sus poderes mágicos contra las enfermedades y los peligros. Además, se le consideraba como el dios de la alegría y de la danza. Las estelas y amuletos de pequeñas dimensiones que reproducen a este dios se consideraban protectores.

GEB: este dios de la tierra antropomorfo, creado por Atum, fue integrado en el mito heliopolitano de la creación. Junto con Nut (cielo), Shu (aire) y Tefnut (humedad) formaba el espacio, en el que el dios-Sol pudo poner en marcha el tiempo cíclico. Como primer monarca terrenal representaba además la legitimación divina de la monarquía.

HAPI: el dios del Nilo encarnaba la fertilidad de Egipto mediante la regular inundación de las tierras de labor. Se representaba como un hombre bien alimentado con pechos femeninos y una corona de plantas de papiro. En lugar de Horus y Seth, dos imágenes de Hapi podían representar al Alto y al Bajo Egipto y unificarlos simbólicamente para el rey o bien podía ser un sinnúmero de divinidades del Nilo el que asegurara la manutención del país en lugar de las personificaciones de los nomos.

HATHOR: la diosa con forma humana o de vaca fue vinculada desde los tiempos más tempranos al dogma real y al dios del cielo Horus, a lo que hace referencia su nombre “casa de Horus”. Su aspecto solar se simbolizaba mediante el disco solar, que aparece entre sus cuernos de vaca. Fue incorporada a los más diversos sistemas míticos y fue objeto de culto en numerosos lugares del país. No sólo fue considerada diosa de la monarquía, sino también divinidad del amor y de la maternidad, protectora en el nacimiento y en la regeneración y ojo del sol o de la luna. Mediante la heterogeneidad de sus propiedades pudo ser vinculada con casi cualquier otra diosa o aparecer representada por varias imágenes. En Dendera, su lugar de culto principal, estaba vinculada al dios del cielo, el Horus de Edfú.

HEQET: diosa con cabeza de rana que protegía a las mujeres durante el embarazo y el alumbramiento. Asociada con Khum y Osiris, se le atribuían poderes sobre la creación y regeneración de la vida.

HIJOS DE HORUS: Amset (con cabeza humana), Hapi (de babuino), Duamutef (de chacal) y Kbeshenuef (de halcón) eran considerados como genios protectores de las vísceras. Desde el Imperio Nuevo, a las tapas de los vasos canopos se les dio la forma de sus cabezas. Como dioses juveniles aseguraban la regeneración del difunto y lo defendían de los peligros. Esta última característica condujo también a que fueran encargados de combatir al enemigo de la creación Apofis en el combate del dios-Sol en su recorrido nocturno por el inframundo.

HORUS: con el nombre de Horus (el lejano) se denominó un sinnúmero de los más diversos dioses del cielo y de la monarquía con formas de halcón. Ya los primeros reyes fueron considerados como Horus divino y con ello vinculados en los acontecimientos cósmicos. En el marco de la teología osiríaca, en la que Horus era considerado hijo de Isis y Osiris, recibió la componente real una dimensión mítica complementaria. Se trataba ante todo de una confrontación entre los elementos estructurados y los caóticos de la creación. Horus desempeñaba en ella el papel de sucesor legítimo de Osiris y defensor del orden cósmico, por el contrario, Seth representaba a las tendencias salvajes, sin control. En el periodo grecorromano, Horus asumió finalmente todos los aspectos míticos y mágicos de la monarquía y sustituyó así al monarca existente en la realidad.

IHI: dios de la música, representado con un sistro y un menit, era adorado en Dendera como hijo de Hathor y de Horus. Como dios de la infancia está vinculado con el comienzo de la creación y puede ser considerado también como hijo del dios-Sol.

ISIS:la diosa antropomorfa Isis, que se representaba con el jeroglífico del trono o con cuernos de vaca y un disco solar entre ellos, representaba al poder real que había recibido como esposa de Osiris y que había reencarnado al dar a luz a su hijo Horus. Vinculaba así el más acá con el más allá y simultáneamente era diosa de la maternidad y de la muerte. Aunque originalmente no disponía de un lugar de culto propio, se le rindió culto en todo el país en relación con el auge del culto de Osiris. Un rasgo esencial de Isis que la hizo cada vez más popular desde el Imperio Nuevo era que disponía como divinidad protectora de poderes mágicos especiales. En el periodo grecorromano jugó un papel que lo trascendía todo y fue adorada en todo el Imperio romano. Su culto en la isla de Filas se puede documentar como todavía existente en el siglo VI d: de J.C.

KHEPRE: el dios de la renovación cíclica, de la reaparición diaria y de la mutabilidad de la forma del sol se representaba bajo la forma de escarabeo. En el recorrido del mismo se usaba para representar su salida por la mañana, mientras que Re encarnaba las horas del día y Atum las de la tarde.

KHNUM: el dios juvenil, que en la tríada tebana asumió el papel de hijo, fue representado en la mayoría de los casos con forma de momia y una trenza lateral y un símbolo lunar sobre la cabeza. Originalmente se le consideró como portador de desgracias y también como dios protector, lo que probablemente estaba relacionado con el aspecto cambiante de la luna. Posteriormente fue considerado como el señor como el señor del tiempo de vida y como dios oráculo y sanador.

MAAT: el concepto de Maat representaba el principio del mundo estructurado, es decir, el orden y el equilibrio, los valores éticos y la justicia, la cultura y la fuerza creadora. Maat era con ello el polo opuesto a todo lo que fuera desordenado y salvaje, destructivo e injusto aunque poderoso. La principal tarea de todo rey era garantizar la Maat y con ello conservar no sólo el Estado egipcio sino el mundo. La diosa Maat era la personificación de este principio. Era considerada la esposa o hija del dios-sol y fue representada con cuerpo de mujer con una pluma sobre la cabeza. Parece que sólo alcanzó un culto propio a partir del Imperio Nuevo, que fue unido al de los dioses del reino en Karnak y Menfis.

MERETSEGER: la diosa con cabeza o cuerpo de serpiente de las montañas del oeste de Tebas era la protectora de los muertos y patrona de los trabajadores de la necrópolis en Deir el-Medina. Asociada con Renenutet era considerada como una diosa nutricia.

MIN: el dios de la fertilidad es una de las divinidades documentadas nominalmente más tempranas en Egipto. Estatuas de este dios de tamaño mayor que el natural fueron erigidas en Coptos ya hacia finales del IV milenio a. de J.C. En tiempos faraónicos fue representado con cuerpo no articulado, falo erecto, un brazo en alto blandiendo un flagelo y tocado con una corona de plumas. Como Kamutef, “toro de su madre”, se le adjudicaron cualidades de dios creador.
MNEVIS: el toro solar de Heliópolis se representaba como un toro negro con el disco solar entre los cuernos. Sus genitales extremadamente grandes hacían referencia a su gran capacidad procreadora. En su aspecto solar estaba estrechamente vinculado con Re y Atum.

MONTU: documentado desde el Imperio Antiguo, este dios se representaba con cabeza de halcón, corona de plumas, disco solar y dos serpientes (uraei) en la frente. Los lugares de culto más importantes de este dios adorado originalmente como divinidad de la monarquía fueron Armant, Tôd, Medamud y Tebas. Como dios de la guerra luchó contra los enemigos de los dioses y ayudó al rey en las batallas. Ya en el Imperio Medio se le atribuyó un de toro, que seguramente tenía por objeto reforzar aún más el aspecto combativo.

MUT:el ascenso de esta diosa antropomorfa con tocado de buitre y doble corona dependió directamente de Amón. Desde el Impero Nuevo formó con este y con su hijo Khons la tríada tebana. Su nombre, que se representa con el símbolo del buitre, significa “madre” y hace referencia a este papel. Amón y Mut fueron considerados desde la XVIII Dinastía también como los padres del rey. Como señora de Asheru recibió en Karnak un lugar de culto propio con un lago con forma de media luna, donde aparecía bajo la forma de leona. Estaba estrechamente vinculada con otras diosas con forma de buitre o de leona, como Nekhbet, Uto, Sakhmet o Bastet.

NEFTIS: en la famosa enéada de Heliópolis era la hija de Get y de Nut y hermana de los dioses Osiris, Shet e Isis. Junto a esta ultima, protegía, lloraba y reanimaba a los difuntos. También fue importante su función como una de las cuatro divinidades de los vasos canopos. Se la representó con el jeroglífico de su nombre sobre la cabeza, además, frecuentemente tenía los brazos alados.

NEITH: antigua diosa de la caza y de la guerra a la que se adoró en el Imperio Antiguo en la región menfita como protectora de la monarquía. Pero su lugar principal de culto era Sais, en el Delta, donde durante la XXVI Dinastía fue muy popular, ya que los reyes de esta época procedían de allí. Posteriormente avanzaría en Esna hasta el rango de divinidad de la creación. Neith portaba la corona del Bajo Egipto y su símbolo es un escudo con flechas cruzadas.

NEKHBET: la diosa aparecía bajo la forma de buitre o de mujer con tocado de buitre. Como diosa de la corona del Alto Egipto llevaba preferentemente la corona blanca del mismo. Estaba estrechamente vinculada con la divinidad serpiente Uto, su equivalente del Bajo Egipto y con las diosas Mut y Tefnut. Además protegió y amamantó Nekhbet al hijo del rey. Su lugar principal de culto, Elkab, estaba en el nomo III del Alto Egipto.

NUM: como personificación de las aguas primordiales, de las que emergió en la creación del mundo la primera tierra, la llamada colina primigenia. Num fue representado sólo muy rara vez. Junto con su contrapartida femenina, Naunet, formaba la primera pareja de las cuatro que integraban la ogdóada hermopolitana de los dioses de la creación, que se representaban con cabezas de rana.

NUT: entre las representaciones más importantes de la diosa del cielo Nut se encontraba la imagen de una mujer desnuda reproducida en las tumbas y templos, cuyo cuerpo cubre a modo de bóveda la tierra, tocando el suelo con los pies y con la punta de las manos. A través del cuerpo de la diosa discurre el recorrido de las estrellas y especialmente el del sol, al que pare cada día por la mañana y se traga por la tarde. Así, en los textos se dice: “su parte posterior está en el este y su cabeza en el oeste” o también “el sol aparece en la entrepierna de Nut”.

OSIRIS: este dios con forma de momia y corona atef formada por tallos de plantas y plumas de avestruz era originalmente un dios de la fertilidad y de la cosecha. Como polo opuesto de Seth, el salvaje dios del desierto, Osiris representaba a la tierra cultivada y al mundo ordenado. Pero la constante lucha de ambos adversarios fue la base para el concepto egipcio de la creación y la muerte de Osiris derivada de ella la condición para la creación del más allá. Osiris murió y fue reanimado por Isis y Neftis en el más allá y engendro a su hermano Horus, que prosiguió la lucha contra Seth en el más acá. Como dios y juez supremo de los muertos, era el representante del orden cósmico justo en el más allá. Como rey en el más allá fue dotado con las insignias del monarca, el cetro curvo y el flagelo. Uno de sus lugares de culto más importantes estaba en Abidos, donde se encontraba su tumba mítica y donde se celebraban representaciones de misterios en su honor.

PTAH: el principal lugar de culto de este dios fue Menfis, donde se le vinculó con diversos dioses (como Ptah-Sokar-Osiris o Ptah-Tatenem). En el “monumento de la teología menfita” es considerado como dios creador que encabeza la enéada. Bajo los Ramesidas (XIX-XX Dinastías) Ptah formó con Amón y Re la “gran triada del reino”. La importancia de este dios se refleja en numerosos cultos subsidiarios; un edificio independiente existe, por ejemplo, en el recinto del templo de Karnak. Los artistas y artesanos veían en Ptah a su patrono protector, por lo que los griegos lo equipararon con Efaistos. La forma canónica del dios lo representa como momia, con un buitre ajustado a la cabeza y un cetro compuesto en las manos.

RE; RE-HARAKHTÉ: el dios con cabeza de halcón Re apareció ya en el Imperio Antiguo como Re-Harakhté, el aspecto matutino de la humanidad. Como dimensión cósmica del mundo de los dioses egipcios por excelencia, estuvo presente en muchos aspectos del culto y del mito. Así, la idea del recorrido cíclico del sol, que realiza el dios en su barca como un recorrido diurno y otro nocturno, cada uno de ellos de doce horas, se convirtió en sinónimo de la repetición eterna de la creación y de todas las fuerzas regeneradoras. El lugar de culto más importante estaba desde el Imperio Antiguo en Heliópolis, la ciudad del sol, mientras los monarcas de la V Dinastía mandaron erigir en Abusir unos edificios especiales para el culto de Re., los llamados templos solares. El símbolo de culto más impresionante son los obeliscos, cuyas cúspides doradas se definían como la residencia del dios-Sol. El templo más famoso de Re-Harakhté fue construido por Ramsés II (XIX Dinastía) en Abu Simbel. La extraordinaria relación divina de todos los monarcas a partir de la IV Dinastía se refleja en el titulo de “hijo de Re”.

RENENUTET: los nombres que se le atribuían, como “señora de los graneros” y “señora de la tierra fértil, la que alimenta con cosas buenas y trae abundantes alimentos”, indican la naturaleza de esta diosa de las cosechas y de la fertilidad con forma de serpiente. Sus principales lugares de culto fueron El-Fayum, donde fue adorada como diosa principal durante la XII Dinastía, y Tebas durante el Imperio Nuevo.

SAKHMET: esta diosa con cabeza de león fue objeto de culto especial en Menfis, donde formaba una familia divina con Ptah y su hijo Nefertem. También fueron muy estrechas sus relaciones con la diosa Mut de Tebas. Así, solo Amenofis III mandó erigir varios centenares de imágenes de granito que representaban a Sakhmet en Karnak. En el mito, la diosa - cuyo nombre significa “la poderosa”- destruye a los enemigos del dios-Sol Re o a los de Osiris. También apoya al rey en la lucha contra los enemigos del país, de modo que se dice “sus flechas vuelan en pos de los enemigos, al igual que las de Sakhmet”. Además de su carácter guerrero, en la diosa se veía a la patrona protectora de la medicina y de los médicos, que están documentados de diversas formas como sacerdotes de Sakhmet.

SATET: probablemente desde principios del Imperio Antiguo, Satet fue adorada en la isla de Elefantina, donde formaba una tríada divina con Khnum y Anuket. El santuario consagrado a ella se fue ampliando en el curso de los milenios y hasta entrada la época grecorromana. Como divinidad de las cataratas, Satet vigilaba la frontera del sur y era considerada como la donante del “agua fresca que bien de Elefantina”: La imagen de la diosa la representa con la corona del Alto Egipto, a la que agregaron lateralmente unos cuernos de gacela.

SELKET: esta diosa fue adorada bajo la forma de un escorpión, apareciendo principalmente con el cuerpo humano con un escorpión sobre su cabeza. En el culto funerario desempeñaba un importante papel: junto con Isis, Neftis y Neith protegía las vísceras del difunto y su cuerpo momificado.

SESHAT: el carácter de la diosa lo describen los epítetos tales como “señora de los planos y de las escrituras”. Como administradora de las artes de la escritura y del cálculo, Seshat registraba en la coronación los años de reinado y los jubileos del monarca. Además, desde los tiempos más tempranos más tempranos fue vinculada al ritual de la fundación de los templos, más concretamente al trazado del trazado de los mismos.

SEHT: el dios de las tormentas y del clima Seth es denominado frecuentemente como “señor del desierto y de los países extranjeros”. Hasta ahora no está clara la determinación zoológica del animal Seth, que podría haber sufrido ya tempranamente una estilización hoy imposible de delimitar con exactitud. En el mito de Osiris, Seth representaba el elemento caótico y asesino y asesinó a su hermano Osiris. A continuación luchó con el heredero de éste, Horus, por el trono. Por otra parte, con Horus actuaba como un dios protector del rey con igualdad de atribuciones. Juntos le entregaban las coronas de las Dos Tierras y anudaban las plantas emblemáticas del Alto y del Bajo Egipto para el monarca en la simbólica “ unión de las Dos Tierras”.

SHU: el dios del aire Shu separó en el mito de la creación el cielo de la tierra después de nacer dela boca del dios primigenio Atum junto con su hermana Tefnut. Los hombres y los dioses precisan del aire, de modo que a las linternas de los templos se les daba gustosamente el nombre “ventanas de shu”.

SOBEK: esta divinidad fue representada bajo la forma netamente animal o a la manera más clásica como un ser híbrido con cabeza de cocodrilo. Entre los lugares más importantes de su culto, desde el Imperio Medio, se encontraban la antigua localidad de Shedet (Cocodrilópolis) en El-Fayun y, durante el Período Grecorromano, Kom Ombo en el Alto Egipto. De acuerdo con el hábitat de su animal sagrado, Sobek era considerado como dios de la fertilidad y podía adquirir incluso las características de dios primigenio y de la creación.

SOKAR: el dios con cabeza o forma de halcón fue originalmente el dios de la necrópolis menfita. En estrecha relación con Osiris y Ptah, fue adorado hasta el Período Tardío bajo la forma de Ptah-Sokar-Osiris. Como divinidad vinculada con la tierra, era considerado además como señor del reino de los muertos. En el centro de la fiesta de Sokar estaba la procesión de una barca de culto del dios, la barca henu.

TEFNUT: junto con el dios del aire Shu, esta diosa con forma de leona formó en la teoría heliopolitana de la creación del mundo la primera pareja de dioses, que fue creada por Atum mediante el onanismo o escupiendo. En los distintos círculos míticos, Tefnut adquirió un carácter claramente cósmico.

THOERIS: esta diosa se representa generalmente como hipopótama erguida, embarazada y con los pechos flácidos y patas de león. Su carácter de diosa-madre le posibilitó una estrecha relación con Hathor e Isis. Especialmente importante era su aspecto protector para las madres parturientas y lactantes.

THOT: entre las divinidades más sobresalientes del panteón egipcio se encuentra Thot, que ya era adorado en todo el país desde el Impero Antiguo. Su lugar principal de culto era Hermópolis en el Egipto Medio. Las imágenes lo presentan bajo la forma de un hombre con cabeza de ibis o bien como ibis o babuino. En su calidad de dios lunar, Thot era responsable del calendario, de la cronología y de las matemáticas. En la coronación del rey anotaba los años de gobierno del monarca e inscribía su nombre en las hojas del árbol sagrado Ished de Heliópolis. Thot fue el inventor de la escritura y del lenguaje, guardián del orden divino y de todos los rituales así como de las ciencias ocultas. Por esta razón, los escribas (funcionarios) le escogieron como su patrón protector. En el juicio de los muertos era quien levantaba acta ante Osiris del veredicto fallado sobre el difunto.

UTO (WADYET): la diosa serpiente Uto era considerada diosa de las tierras del Bajo Egipto, donde tenía su residencia en Buto. Con Nekh-bet, la diosa buitre de Elkab, formaba la pareja que protegía al rey con el nombre de “las dos señoras”, que se podían incorporar a las coronas de ambas tierras sobre su cabeza.

WERETHEKAU: la diosa de las coronas y de las serpientes, la “rica en magia” aparecía usualmente como mujer con cabeza de león y, desde el Imperio Nuevo, estaba presente en la coronación del monarca brindándole su protección. Además, amamantaba al hijo del rey.





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