Tras los tres siglos de historia del Antiguo Egipto, y
según los estudios realizados han aparecido más de 800 imágenes de dioses entre figuras y pinturas, no obstante y según el avance que experimenta la arqueología aun siguen apareciendo más deidades.
Entre las más conocidas se encuentran:
AMAUET: paralelo femenino del dios
Amón, su nombre significa “la oculta”. Mencionada por primera
vez en los Textos de las Pirámides, ella y su esposo Amón fueron
adorados en Karnak durante el Imperio Nuevo. También estaba asociada
a Amón en el mito hermopolitano de la creación y con ello fue una
de las divinidades primigenias.
AMÓN, AMÓN-RE: este dios con formas
humanas y una corona alta de plumas fue considerado desde el
Imperio Medio como el dios local de Tebas. Su lugar de culto
principal fue Karnak, donde se le rindió culto junto a Mut y
Khons. El dios del reino Amón, en el que se encarnaba la
concepción abstracta de una divinidad con múltiples funciones
debe considerarse como el producto de las especulaciones
teológicas del Imperio Nuevo. Mediante su relación con el dios
de la fertilidad Min, fue bajo la forma de Amón-Min-Kamutef el
dios primigenio y creador que se engendró a sí mismo, como
Amón-Re el garante de la continua renovación del mundo y como
rey de los dioses el monarca de las esferas terrestre y celeste.
En la XXI Dinastía se erigió en su honor un estado teocrático en
la ciudad de Tebas. Desde entonces tuvo asegurada su función
como máxima divinidad hasta la conquista de Egipto por Alejandro
Magno, quien se hizo confirmar como hijo del dios por el oráculo
de Amón en el oasis de Siwa.
ANUBIS: desde el Período Protodinástico
está documentado este dios protector de las necrópolis que se
representaba bajo la forma de un chacal o de un hombre con cabeza
de chacal. Fue considerado dios de los embalsamamientos, guardián
de los secretos y juez de los muertos. Junto a su madre, la diosa
vaca Hesat y el dios toro Mnevis formó una familia divina. En los
textos posteriores, por el contrario, se le considera como hijo
del dios de los muertos, Osiris. Su culto está documentado en
numerosos lugares de Egipto, estando su lugar de origen probablemente
en el nomo XVII del Alto Egipto.
ANUKET: diosa de las crecidas anuales
del Nilo, a la que hace referencia su alta corona de juncos. Junto
con Khnum y Satet formaba la familia de divinidades protectoras de
las cataratas del Nilo y se la consideró además señora de las
tierras fronterizas del sur.
APIS: el toro Apis fue objeto de culto
desde tiempos protodinásticos en Menfis y debe considerarse como
un dios de la fertilidad y de la monarquía, es decir, estrechamente
vinculado a la doma real. Basándose en una mancha en la frente y
otros rasgos especiales, entre los rebaños de ganado se
seleccionaba el correspondiente toro sagrado. Tras su muerte, los
toros sagrados eran momificados y, desde el Imperio Nuevo,
enterrados en el Serapeun de Saqqara. En el Período tolemaico, de
la asimilación de Osiris y Apis surgió un nuevo dios greco egipcio
llamado Serapis.
ATÓM: el dios-sol de la teología
amarniense de Akhenatón fue representado como disco solar que
proyectaba largos rayos cuyos extremos tenían la forma de manos
humanas. Atón es la forma de dios más abstracta creada por el
Egipto faraónico. Fue considerado como la luz del día que
animaba a los hombres y animales. Akhenatón y la familia real
asumieron en esta configuración teológica el papel de una familia
divina que garantizaba la manutención del dios con ofrendas y con
ello su aparición diaria. Las representaciones de Akhenatón ponen
de relieve también las cualidades de dios creador del propio rey.
La condena posterior dictada contra la teología de Amarna no
afectó a la idea del dios Atónsino solamente a su representante
en la tierra, Akhenatón.
ATUM: el nombre de este dios primigenio
puede significar en la teología heliopolitana tanto “no ser”como
también “ser completamente”. Esta ambivalencia se eligió
seguramente de manera consciente y hace referencia a la situación
original de la creación, que se manifiesta en Atum. ËL fue quien
surgió de las aguas primordiales, preexistentes, como singularidad
y quien de sí mismo creó los elementos del Universo y la
pluralidad de las formas de los seres. En ello surgió el espacio
(aire y humedad, cielo y tierra), se activó el tiempo cíclico y a
continuación el tiempo lineal mediante la creación del más allá.
Los hombres y los dioses fueron considerados como lágrimas y sudor
emanados por este dios. En su lugar principal de culto, Heliópolis,
se consideró al dios Atum de formas humanas y tocado con la doble
corona real también como la forma vespertina del dios-Sol.
BASTET: el lugar principal de culto
de esta diosa de la monarquía que originalmente tuvo la forma
de leona y posteriormente de gato, era Bubastis (en el Delta este).
Pero desde el Imperio Antiguo se le rindió culto también en Menfis
donde se la vinculó con la diosa local Sakmet. Están documentadas
otras asimilaciones con Hator y Mut y. Además, fue considerada en
Heliópolis como hija del dios creador Atum. Su carácter correspondía
al que oscila entre la amabilidad y la ferocidad como es el caso
en el gato. En el Período Tardío y en la época grecorromana se
consagraron a esta diosa protectora con aptitudes mágicas
incontables imágenes en bronce que representan gatos.
BES: este dios protector documentado
desde el Imperio Antiguo es de pequeña talla, tiene un rostro
con barba cerrada y una mueca característica, que infunde temor.
Estrechamente vinculado al dios guerrero Aha, vigilaba junto a
la diosa Hator la sexualidad y el nacimiento, haciendo uso de sus
poderes mágicos contra las enfermedades y los peligros. Además,
se le consideraba como el dios de la alegría y de la danza. Las
estelas y amuletos de pequeñas dimensiones que reproducen a este
dios se consideraban protectores.
GEB: este dios de la tierra
antropomorfo, creado por Atum, fue integrado en el mito
heliopolitano de la creación. Junto con Nut (cielo), Shu (aire)
y Tefnut (humedad) formaba el espacio, en el que el dios-Sol
pudo poner en marcha el tiempo cíclico. Como primer monarca
terrenal representaba además la legitimación divina de la
monarquía.
HAPI: el dios del Nilo encarnaba la
fertilidad de Egipto mediante la regular inundación de las
tierras de labor. Se representaba como un hombre bien alimentado
con pechos femeninos y una corona de plantas de papiro. En lugar
de Horus y Seth, dos imágenes de Hapi podían representar al Alto
y al Bajo Egipto y unificarlos simbólicamente para el rey o bien
podía ser un sinnúmero de divinidades del Nilo el que asegurara
la manutención del país en lugar de las personificaciones de los
nomos.
HATHOR: la diosa con forma humana
o de vaca fue vinculada desde los tiempos más tempranos al dogma
real y al dios del cielo Horus, a lo que hace referencia su nombre
“casa de Horus”. Su aspecto solar se simbolizaba mediante el
disco solar, que aparece entre sus cuernos de vaca. Fue incorporada
a los más diversos sistemas míticos y fue objeto de culto en
numerosos lugares del país. No sólo fue considerada diosa de la
monarquía, sino también divinidad del amor y de la maternidad,
protectora en el nacimiento y en la regeneración y ojo del sol
o de la luna. Mediante la heterogeneidad de sus propiedades
pudo ser vinculada con casi cualquier otra diosa o aparecer
representada por varias imágenes. En Dendera, su lugar de culto
principal, estaba vinculada al dios del cielo, el Horus de Edfú.
HEQET: diosa con cabeza de rana
que protegía a las mujeres durante el embarazo y el alumbramiento.
Asociada con Khum y Osiris, se le atribuían poderes sobre la
creación y regeneración de la vida.
HIJOS DE HORUS: Amset (con cabeza
humana), Hapi (de babuino), Duamutef (de chacal) y Kbeshenuef
(de halcón) eran considerados como genios protectores de las
vísceras. Desde el Imperio Nuevo, a las tapas de los vasos
canopos se les dio la forma de sus cabezas. Como dioses juveniles
aseguraban la regeneración del difunto y lo defendían de los
peligros. Esta última característica condujo también a que fueran
encargados de combatir al enemigo de la creación Apofis en el
combate del dios-Sol en su recorrido nocturno por el inframundo.
HORUS: con el nombre de Horus
(el lejano) se denominó un sinnúmero de los más diversos dioses
del cielo y de la monarquía con formas de halcón. Ya los primeros
reyes fueron considerados como Horus divino y con ello vinculados
en los acontecimientos cósmicos. En el marco de la teología
osiríaca, en la que Horus era considerado hijo de Isis y Osiris,
recibió la componente real una dimensión mítica complementaria.
Se trataba ante todo de una confrontación entre los elementos
estructurados y los caóticos de la creación. Horus desempeñaba
en ella el papel de sucesor legítimo de Osiris y defensor del
orden cósmico, por el contrario, Seth representaba a las
tendencias salvajes, sin control. En el periodo grecorromano,
Horus asumió finalmente todos los aspectos míticos y mágicos
de la monarquía y sustituyó así al monarca existente en la
realidad.
IHI: dios de la música, representado
con un sistro y un menit, era adorado en Dendera como hijo de
Hathor y de Horus. Como dios de la infancia está vinculado con
el comienzo de la creación y puede ser considerado también como
hijo del dios-Sol.
ISIS:la diosa antropomorfa Isis, que
se representaba con el jeroglífico del trono o con cuernos de vaca
y un disco solar entre ellos, representaba al poder real que había
recibido como esposa de Osiris y que había reencarnado al dar a luz
a su hijo Horus. Vinculaba así el más acá con el más allá y
simultáneamente era diosa de la maternidad y de la muerte. Aunque
originalmente no disponía de un lugar de culto propio, se le rindió
culto en todo el país en relación con el auge del culto de Osiris.
Un rasgo esencial de Isis que la hizo cada vez más popular desde
el Imperio Nuevo era que disponía como divinidad protectora de
poderes mágicos especiales. En el periodo grecorromano jugó un
papel que lo trascendía todo y fue adorada en todo el Imperio
romano. Su culto en la isla de Filas se puede documentar como
todavía existente en el siglo VI d: de J.C.
KHEPRE: el dios de la renovación
cíclica, de la reaparición diaria y de la mutabilidad de la
forma del sol se representaba bajo la forma de escarabeo. En
el recorrido del mismo se usaba para representar su salida por
la mañana, mientras que Re encarnaba las horas del día y Atum
las de la tarde.
KHNUM: el dios juvenil, que en la
tríada tebana asumió el papel de hijo, fue representado en la
mayoría de los casos con forma de momia y una trenza lateral y
un símbolo lunar sobre la cabeza. Originalmente se le consideró
como portador de desgracias y también como dios protector, lo
que probablemente estaba relacionado con el aspecto cambiante
de la luna. Posteriormente fue considerado como el señor como
el señor del tiempo de vida y como dios oráculo y sanador.
MAAT: el concepto de Maat representaba
el principio del mundo estructurado, es decir, el orden y el
equilibrio, los valores éticos y la justicia, la cultura y la
fuerza creadora. Maat era con ello el polo opuesto a todo lo
que fuera desordenado y salvaje, destructivo e injusto aunque
poderoso. La principal tarea de todo rey era garantizar la Maat
y con ello conservar no sólo el Estado egipcio sino el mundo.
La diosa Maat era la personificación de este principio. Era
considerada la esposa o hija del dios-sol y fue representada
con cuerpo de mujer con una pluma sobre la cabeza. Parece que
sólo alcanzó un culto propio a partir del Imperio Nuevo, que
fue unido al de los dioses del reino en Karnak y Menfis.
MERETSEGER: la diosa con cabeza o
cuerpo de serpiente de las montañas del oeste de Tebas era la
protectora de los muertos y patrona de los trabajadores de la
necrópolis en Deir el-Medina. Asociada con Renenutet era
considerada como una diosa nutricia.
MIN: el dios de la fertilidad es
una de las divinidades documentadas nominalmente más tempranas
en Egipto. Estatuas de este dios de tamaño mayor que el natural
fueron erigidas en Coptos ya hacia finales del IV milenio a.
de J.C. En tiempos faraónicos fue representado con cuerpo no
articulado, falo erecto, un brazo en alto blandiendo un flagelo
y tocado con una corona de plumas. Como Kamutef, “toro de su
madre”, se le adjudicaron cualidades de dios creador.
MNEVIS: el toro solar de Heliópolis
se representaba como un toro negro con el disco solar entre
los cuernos. Sus genitales extremadamente grandes hacían
referencia a su gran capacidad procreadora. En su aspecto
solar estaba estrechamente vinculado con Re y Atum.
MONTU: documentado desde el
Imperio Antiguo, este dios se representaba con cabeza de
halcón, corona de plumas, disco solar y dos serpientes (uraei)
en la frente. Los lugares de culto más importantes de este dios
adorado originalmente como divinidad de la monarquía fueron
Armant, Tôd, Medamud y Tebas. Como dios de la guerra luchó contra
los enemigos de los dioses y ayudó al rey en las batallas. Ya
en el Imperio Medio se le atribuyó un de toro, que seguramente
tenía por objeto reforzar aún más el aspecto combativo.
MUT:el ascenso de esta diosa
antropomorfa con tocado de buitre y doble corona dependió
directamente de Amón. Desde el Impero Nuevo formó con este y
con su hijo Khons la tríada tebana. Su nombre, que se representa
con el símbolo del buitre, significa “madre” y hace referencia a
este papel. Amón y Mut fueron considerados desde la XVIII Dinastía
también como los padres del rey. Como señora de Asheru recibió en
Karnak un lugar de culto propio con un lago con forma de media luna,
donde aparecía bajo la forma de leona. Estaba estrechamente vinculada
con otras diosas con forma de buitre o de leona, como Nekhbet, Uto,
Sakhmet o Bastet.
NEFTIS: en la famosa enéada de Heliópolis
era la hija de Get y de Nut y hermana de los dioses Osiris, Shet e
Isis. Junto a esta ultima, protegía, lloraba y reanimaba a los difuntos.
También fue importante su función como una de las cuatro divinidades de
los vasos canopos. Se la representó con el jeroglífico de su nombre sobre
la cabeza, además, frecuentemente tenía los brazos alados.
NEITH: antigua diosa de la caza y de la
guerra a la que se adoró en el Imperio Antiguo en la región menfita como
protectora de la monarquía. Pero su lugar principal de culto era Sais, en
el Delta, donde durante la XXVI Dinastía fue muy popular, ya que los reyes
de esta época procedían de allí. Posteriormente avanzaría en Esna hasta el
rango de divinidad de la creación. Neith portaba la corona del Bajo Egipto
y su símbolo es un escudo con flechas cruzadas.
NEKHBET: la diosa aparecía bajo la forma de
buitre o de mujer con tocado de buitre. Como diosa de la corona del Alto
Egipto llevaba preferentemente la corona blanca del mismo. Estaba
estrechamente vinculada con la divinidad serpiente Uto, su equivalente del
Bajo Egipto y con las diosas Mut y Tefnut. Además protegió y amamantó Nekhbet
al hijo del rey. Su lugar principal de culto, Elkab, estaba en el nomo III
del Alto Egipto.
NUM: como personificación de las aguas
primordiales, de las que emergió en la creación del mundo la primera
tierra, la llamada colina primigenia. Num fue representado sólo muy rara
vez. Junto con su contrapartida femenina, Naunet, formaba la primera pareja
de las cuatro que integraban la ogdóada hermopolitana de los dioses de la
creación, que se representaban con cabezas de rana.
NUT: entre las representaciones más importantes
de la diosa del cielo Nut se encontraba la imagen de una mujer desnuda
reproducida en las tumbas y templos, cuyo cuerpo cubre a modo de bóveda la
tierra, tocando el suelo con los pies y con la punta de las manos. A través
del cuerpo de la diosa discurre el recorrido de las estrellas y especialmente
el del sol, al que pare cada día por la mañana y se traga por la tarde. Así,
en los textos se dice: “su parte posterior está en el este y su cabeza en el
oeste” o también “el sol aparece en la entrepierna de Nut”.
OSIRIS: este dios con forma de momia y corona
atef formada por tallos de plantas y plumas de avestruz era originalmente un
dios de la fertilidad y de la cosecha. Como polo opuesto de Seth, el salvaje
dios del desierto, Osiris representaba a la tierra cultivada y al mundo
ordenado. Pero la constante lucha de ambos adversarios fue la base para el
concepto egipcio de la creación y la muerte de Osiris derivada de ella la
condición para la creación del más allá. Osiris murió y fue reanimado por
Isis y Neftis en el más allá y engendro a su hermano Horus, que prosiguió la
lucha contra Seth en el más acá. Como dios y juez supremo de los muertos, era
el representante del orden cósmico justo en el más allá. Como rey en el más
allá fue dotado con las insignias del monarca, el cetro curvo y el flagelo.
Uno de sus lugares de culto más importantes estaba en Abidos, donde se
encontraba su tumba mítica y donde se celebraban representaciones de
misterios en su honor.
PTAH: el principal lugar de culto de este dios
fue Menfis, donde se le vinculó con diversos dioses (como Ptah-Sokar-Osiris
o Ptah-Tatenem). En el “monumento de la teología menfita” es considerado
como dios creador que encabeza la enéada. Bajo los Ramesidas (XIX-XX Dinastías)
Ptah formó con Amón y Re la “gran triada del reino”. La importancia de este
dios se refleja en numerosos cultos subsidiarios; un edificio independiente
existe, por ejemplo, en el recinto del templo de Karnak. Los artistas y
artesanos veían en Ptah a su patrono protector, por lo que los griegos lo
equipararon con Efaistos. La forma canónica del dios lo representa como momia,
con un buitre ajustado a la cabeza y un cetro compuesto en las manos.
RE; RE-HARAKHTÉ: el dios con cabeza de halcón
Re apareció ya en el Imperio Antiguo como Re-Harakhté, el aspecto matutino
de la humanidad. Como dimensión cósmica del mundo de los dioses egipcios por
excelencia, estuvo presente en muchos aspectos del culto y del mito. Así, la
idea del recorrido cíclico del sol, que realiza el dios en su barca como un
recorrido diurno y otro nocturno, cada uno de ellos de doce horas, se convirtió
en sinónimo de la repetición eterna de la creación y de todas las fuerzas
regeneradoras. El lugar de culto más importante estaba desde el Imperio
Antiguo en Heliópolis, la ciudad del sol, mientras los monarcas de la V
Dinastía mandaron erigir en Abusir unos edificios especiales para el culto
de Re., los llamados templos solares. El símbolo de culto más impresionante
son los obeliscos, cuyas cúspides doradas se definían como la residencia del
dios-Sol. El templo más famoso de Re-Harakhté fue construido por Ramsés II
(XIX Dinastía) en Abu Simbel. La extraordinaria relación divina de todos los
monarcas a partir de la IV Dinastía se refleja en el titulo de “hijo de Re”.
RENENUTET: los nombres que se le atribuían,
como “señora de los graneros” y “señora de la tierra fértil, la que
alimenta con cosas buenas y trae abundantes alimentos”, indican la naturaleza
de esta diosa de las cosechas y de la fertilidad con forma de serpiente. Sus
principales lugares de culto fueron El-Fayum, donde fue adorada como diosa
principal durante la XII Dinastía, y Tebas durante el Imperio Nuevo.
SAKHMET: esta diosa con cabeza de león fue
objeto de culto especial en Menfis, donde formaba una familia divina con
Ptah y su hijo Nefertem. También fueron muy estrechas sus relaciones con
la diosa Mut de Tebas. Así, solo Amenofis III mandó erigir varios centenares
de imágenes de granito que representaban a Sakhmet en Karnak. En el mito,
la diosa - cuyo nombre significa “la poderosa”- destruye a los enemigos del
dios-Sol Re o a los de Osiris. También apoya al rey en la lucha contra los
enemigos del país, de modo que se dice “sus flechas vuelan en pos de los
enemigos, al igual que las de Sakhmet”. Además de su carácter guerrero,
en la diosa se veía a la patrona protectora de la medicina y de los médicos,
que están documentados de diversas formas como sacerdotes de Sakhmet.
SATET: probablemente desde principios del Imperio
Antiguo, Satet fue adorada en la isla de Elefantina, donde formaba una tríada
divina con Khnum y Anuket. El santuario consagrado a ella se fue ampliando
en el curso de los milenios y hasta entrada la época grecorromana. Como
divinidad de las cataratas, Satet vigilaba la frontera del sur y era
considerada como la donante del “agua fresca que bien de Elefantina”: La
imagen de la diosa la representa con la corona del Alto Egipto, a la que
agregaron lateralmente unos cuernos de gacela.
SELKET: esta diosa fue adorada bajo la forma de
un escorpión, apareciendo principalmente con el cuerpo humano con un escorpión
sobre su cabeza. En el culto funerario desempeñaba un importante papel: junto
con Isis, Neftis y Neith protegía las vísceras del difunto y su cuerpo
momificado.
SESHAT: el carácter de la diosa lo describen los
epítetos tales como “señora de los planos y de las escrituras”. Como
administradora de las artes de la escritura y del cálculo, Seshat registraba
en la coronación los años de reinado y los jubileos del monarca. Además,
desde los tiempos más tempranos más tempranos fue vinculada al ritual de
la fundación de los templos, más concretamente al trazado del trazado de
los mismos.
SEHT: el dios de las tormentas y del clima
Seth es denominado frecuentemente como “señor del desierto y de los países
extranjeros”. Hasta ahora no está clara la determinación zoológica del animal
Seth, que podría haber sufrido ya tempranamente una estilización hoy imposible
de delimitar con exactitud. En el mito de Osiris, Seth representaba el elemento
caótico y asesino y asesinó a su hermano Osiris. A continuación luchó con el
heredero de éste, Horus, por el trono. Por otra parte, con Horus actuaba como
un dios protector del rey con igualdad de atribuciones. Juntos le entregaban
las coronas de las Dos Tierras y anudaban las plantas emblemáticas del Alto y
del Bajo Egipto para el monarca en la simbólica “ unión de las Dos Tierras”.
SHU: el dios del aire Shu separó en el mito de la
creación el cielo de la tierra después de nacer dela boca del dios primigenio
Atum junto con su hermana Tefnut. Los hombres y los dioses precisan del aire,
de modo que a las linternas de los templos se les daba gustosamente el nombre
“ventanas de shu”.
SOBEK: esta divinidad fue representada bajo la
forma netamente animal o a la manera más clásica como un ser híbrido con
cabeza de cocodrilo. Entre los lugares más importantes de su culto, desde
el Imperio Medio, se encontraban la antigua localidad de Shedet (Cocodrilópolis)
en El-Fayun y, durante el Período Grecorromano, Kom Ombo en el Alto Egipto.
De acuerdo con el hábitat de su animal sagrado, Sobek era considerado como
dios de la fertilidad y podía adquirir incluso las características de dios
primigenio y de la creación.
SOKAR: el dios con cabeza o forma de halcón fue
originalmente el dios de la necrópolis menfita. En estrecha relación con Osiris
y Ptah, fue adorado hasta el Período Tardío bajo la forma de Ptah-Sokar-Osiris.
Como divinidad vinculada con la tierra, era considerado además como señor del
reino de los muertos. En el centro de la fiesta de Sokar estaba la procesión
de una barca de culto del dios, la barca henu.
TEFNUT: junto con el dios del aire Shu, esta diosa
con forma de leona formó en la teoría heliopolitana de la creación del mundo la
primera pareja de dioses, que fue creada por Atum mediante el onanismo o
escupiendo. En los distintos círculos míticos, Tefnut adquirió un carácter
claramente cósmico.
THOERIS: esta diosa se representa generalmente
como hipopótama erguida, embarazada y con los pechos flácidos y patas de león.
Su carácter de diosa-madre le posibilitó una estrecha relación con Hathor e
Isis. Especialmente importante era su aspecto protector para las madres
parturientas y lactantes.
THOT: entre las divinidades más sobresalientes
del panteón egipcio se encuentra Thot, que ya era adorado en todo el país
desde el Impero Antiguo. Su lugar principal de culto era Hermópolis en el
Egipto Medio. Las imágenes lo presentan bajo la forma de un hombre con
cabeza de ibis o bien como ibis o babuino. En su calidad de dios lunar,
Thot era responsable del calendario, de la cronología y de las matemáticas.
En la coronación del rey anotaba los años de gobierno del monarca e
inscribía su nombre en las hojas del árbol sagrado Ished de Heliópolis.
Thot fue el inventor de la escritura y del lenguaje, guardián del orden
divino y de todos los rituales así como de las ciencias ocultas. Por esta
razón, los escribas (funcionarios) le escogieron como su patrón protector.
En el juicio de los muertos era quien levantaba acta ante Osiris del
veredicto fallado sobre el difunto.
UTO (WADYET): la diosa serpiente Uto era
considerada diosa de las tierras del Bajo Egipto, donde tenía su residencia
en Buto. Con Nekh-bet, la diosa buitre de Elkab, formaba la pareja que
protegía al rey con el nombre de “las dos señoras”, que se podían incorporar
a las coronas de ambas tierras sobre su cabeza.
WERETHEKAU: la diosa de las coronas y de las
serpientes, la “rica en magia” aparecía usualmente como mujer con cabeza de
león y, desde el Imperio Nuevo, estaba presente en la coronación del monarca
brindándole su protección. Además, amamantaba al hijo del rey.