Los reyes Ramésidas colocaron un gran número de inscripciones con dedicatorias grabadas a ambos lados de la vía procesional que corría sobre el eje norte-sur del gran templo. El faraón Ramses II volvió a reformar el patio situado que había delante de la sala hipóstila por la parte sudeste y delante del séptimo pilóno. En el lugar donde se cruzaban los dos ejes principales, lugar de encuentro de las grandes procesiones, casi todos los monarcas del Imperio Ramésida dejaron grandes inscripciones, relieves y estelas. De gran importancia es la inscripción de jada por el monarca Ramsés II, situada en la cara exterior del muro del patio que da al oeste, en ella esta reflejado el tratado de paz firmado con los hititas, primer tratado de paz de la historia. En el centro del patio y en su cara este se encuentra la inscripción de su hijo Meremptah, rememorando su victoria sobre la alianza de los libios con los pueblos del mar. Son numerosos los textos que hacen referencia a los favores concedidos a los templos, donaciones, estatuas reales, imágenes divinas y privadas. Durante el periodo tardío y por falta de espacio serían enterradas en este lugar gran cantidad de estatuas.