HISTORIA
Nos encontramos con una tumba de pozo, compuesta por una
cámara principal rodeada por cuatro cámaras, dos a su
izquierda, una de frente y una a su derecha, esta con
columna a su entrada, todas ellas carentes de decoración,
cuyas medidas son: altura máxima de 2,71 metros, anchura
máxima de 3,15 metros, una longitud de 42,06 metros y un
área de 105,12 metros cuadrados
Los primeros datos que se tienen sobre esta tumba son de
1817 al ser descubierta por el arqueólogo Giovani
Batista Belzoni cuando trabajaba al servicio del conde
Belmore, por lo que a la tumba se la conocia con
el nombre de Tumba de Lord Belmore
Se tiene la creencia de que la tumba sufrió una excavación
superficial por alguna de sus cámaras sin llegar a
profundizar por lo que se quedó inconcluso su desescombro.
Durante el siglo XIX la tumba fue visitada por los
arqueólogos James Burton y Victor Loret que tan solo
realizaron mapas fiables de la tumba.
Una característica de esta tumba es que el corredor de
entrada desde la escalera a la cámara principal
presenta una desviación de su eje frente a un eje
supuestamente recto.
Existe la creencia de que el ataúd entregado por
Belmore al museo Británico pudiera proceder de
esta tumba o bien de KV 31.
No se conoce el posible ocupante de la tumba, pero
se cree que pudo pertenecer a miembros de la familia
real de la dinastía XVIII.
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