HISTORIA
La tumba Kv 37 fue descubierta por Henry Barton en 1825 y
se supone que es del tiempo de Tutmosis III, dinastía XVIII
La entrada a la tumba fue encontraba situada entre rocas, dando
acceso al interior de la misma por medio de una escalera empinada
al final de la misma se encuentra un corredor y una cámara. En
su interior se encontraron recipientes funerarios lo que demuestra
que KV 37 fue utilizada como lugar de enterramiento, esculturas y
restos humanos muy deteriorados haciendo imposible la verificación
de quienes fueron sus propietarios.
KV37 es carente de decoración, en la actualidad no se ha terminado
de escavar.
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