TUMBA KV38 DESTINADA A CONTENER LOS RESTOS DE TUTMOSIS I

La La tumba KV38 fue descubierta por el arqueólogo francés Victor Loret en marzo de año 1899.
Los depósitos de fundación hallados por Howar Carter en 1919 fueron anepigrafos.
Esta tumba se cree que fue creada para albergar los restos mortales de Tutmosis I por una serie de razones entre las que se encuentran estar situada a los pies de El-Qurn, pues se creía que este monte hacía las veces de pirámide en los comienzos del Valle de los Reyes.
Esta tumba es realmente una tumba escondida ya que se encuentra situada a los pies de un acantilado, con una entrada pequeña.
Al entrar en la tumba y observar su acabado podemos ver que es bastante mediocre en comparación con otras tumbas de la época, esta es otra característica que nos puede informar también de su posible antigüedad. Otros datos que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar esta tumba , son que es de modestas dimensiones la tumba posee veinticinco metros de pasillos antes de llegar a la cámara mortuoria del rey Tutmosis, tal vez ello podría ser también un indicativo de su antigüedad, y tiene en sus corredores una altura media 1 metro 70. Esto es importante, ya que a partir de ese momento los corredores de las tumbas irán variando en altura y en anchura durante las dinastías XVIII, XIX y XX. Datos que nos pueden ayudar a situarlas cronológicamente. En la cámara mortuoria solamente fue encontrado un sarcófago roto, así como restos de un pilar aunque se baraja también la posibilidad de que pudiera tener dos pilares en origen.
En cuanto a la decoracion de le camara se hallan restos de cielo estrellado, también de un friso kheker así como restos del Libro del Imiduat. El sarcófago que contenía esta tumba estaba a nombre de Tutmosis I, pero parece que es un sarcófago que le hizo Tutmosis III a su abuelo. La momia fue trasladada en tiempos antiguos y por seguridad al escondrijo de Deir el-Bahari.
Esta tumba fue diseñada y realizada por el arquitecto Ineni, esto se conoce por que en su tumba de Gurna dejó escrito que estaba convencido de haber complacido el anhelo real de intimidad perpetua, garantizándole un descanso eterno y placido.






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