HISTORIA
KV 7 es la tumba de uno de los faraones más conocidos del antiguo Egipto, esta
tumba es la primera del Valle de los reyes que presenta su entrada de una manera
franca es decir de una manera visible dejando ver desde este momento las entradas
a las tumbas, mostrando su monumentalidad, en contra de lo que pasaba hasta ese
momento, abandonando poco a poco la idea de tumba oculta o secreta, idea que fue
el origen del Valle a inicios de la XVIII Dinastía con Tutmosis I y Hatshepsut.
En esta tumba realizada para inhumar los restos mortales de Ramsés II fueron
hallados numerosos grafiti de época grecorromana, los posibles tesoros existentes
en ella habían sido robados o bien transferidos en la antigüedad tardía,lo que
nos demuestra que estaba abierta en la antigüedad, mostrando un nivel alto de
saqueo.
La tumba KV7 ha recibido la atención de varias expediciones entre las que se
cuentan la realizada en nombre del cónsul británico Henry Salt en 1817 o la
realizada por Lepsius en 1844, la realizada a comienzos del siglo XX por Howard
Carter que procedió a su desescombro, la realizada por Henry Barton durante la
campaña de 1913, 1914 cuando trabajaba para Theodore Davis consiguió, al parecer
penetrar en ella, tras salvar un acceso difícil debido a la gran cantidad de
escombros con que la habían rellenado y la expedición financiada por el Museo
del Louvre comandada por Cristine LeBlanc llevada a cabo desde 1995.
Esta tumba presenta muchas dificultades para los arqueólogos dado que se
encuentra su nivel de excavación en una zona muy próxima a la zona de
esquisto, material que cuando se impregna de agua, se expande y al contraerse
forma grietas en la estructura de la tumba, lo que ha originado que la tumba
que en su origen de ser expectacular en la actualidad se encuentre muy dañada.
La forma de la tumba no sigue el diseño rectilíneo mostrado en tumbas
anteriores, si no que realiza un giro de noventa grados hacia la derecha una
vez posamos la antecámara.
Las dimensiones de la tumba aun cuando es grande en volumen no supera las
medidas que se daban en ese periodo a los corredores desde Horemheb, las
medidas que tiene la tumba de Ramsés II para el corredor D son de 2,54
metros de altura por 2,60 metros de anchura medidas muy parecidas a las de
la tumba de Horemheb.
Según K. A. Kitchen, se descendía por un corredor correspondiente a los
cuatro “pasos del dios”; venía luego una sala donde él Faraón se encontraba
con las divinidades y donde se celebraban algunos ritos sobre la momia, luego
la sala donde estaban depositados los carros reales. El recorrido proseguía
por un nuevo corredor cuyos muros mostraban los ritos de la “apertura de la
boca”; concluía en la “sala de la Regla” él Faraón era reconocido como justo
por el tribunal del otro mundo. Esta “sala de la Regla” marcaba un cambio de
eje, en ángulo recto; una estrecha puerta daba acceso a la “morada del oro”, de
ocho columnas, que daba a varias estancias pequeñas, un “lugar de plenitud de
las divinidades” y la “sala de los que responden”, encargados de los trabajos
de construcción en la eternidad. En el centro de la “morada del oro” se hallaba
el imponente sarcófago del rey.
La representación iconográfica y textual representada en sus pareces es muy
amplia pero su conservación es muy deficiente gracias a al trabajo realizado por
Christian LeBlanc en la tumba se ha podido reconocer en qué lugares se disponía
cada uno de estos componentes religiosos. Al comienzo domina la Letanía de
Ra, seguido de la Duat. En la sala del pozo nos encontramos una vez más a
diferentes deidades recibiendo al monarca. En la sala de pilares nos encontramos
con el libro de las puertas y el sepulcro de Osiris siguiendo con lo mostrado por
Seti I. En los corredores siguientes aparece la iconografía de la apertura de la
boca y en la antecámara donde se produce el giro aparecen escenas del Libro de la
salida al día o Libro de los Muertos. La sala del sarcófago se encuentra decorada
con el Libro de las Puertas, parte de la Duat, Libro de la Vaca Celeste y el techo
astronómico.
Una novedad que encontramos en la cámara sepulcral es que ahora esta sala no se
divide en dos niveles, un primer nivel con pilares y un segundo nivel donde reposa
el sarcófago, si no en tres, dos filas de pilares en el extremo anterior y posterior
a mayor altura, quedando la parte central rebajada que es donde se aloja el sarcófago.
La momia de Ramsés II fue sacada de su tumba en el año 25 de Ramsés XI, el sumo sacerdote
Herihor hizo que la sacaran del Sarcófago, por las amenazas de los desvalijadores, y la
colocó en la tumba de Seti I. Cuando ésta estuvo amenazada, la momia de Ramsés II fue
trasladada al escondrijo de Deir el-Bahari, bajo la protección del sumo sacerdote
Pinedjem, donde permanecería hasta el siglo XiX, que fue trasladada al Museo de El Cairo
donde fue expuesta al público durante un tiempo. Tras el cierre de la sala de las momias
reales, se detectó que la momia había sido atascada por una serie de criptógamas, por lo
que se tomó la decisión de enviar la momia de Ramsés II a la ciudad de Paris, donde
llegaría en el mes de Septiembre de 1976 con el fin de ser examinada y tratada, tras siete
meses de tratamiento, regresó a Egipto. Los médicos que trataron a tan ilustre
paciente, advirtieron que Ramsés II sufría de espondilartrosis y arterioesclerosis; en el
Tórax estaba el corazón, la nariz había sido remodelada y se habían introducido granos de
pimienta en el abdomen, la garganta y la nariz. Muchos otros detalles, como la coloración
rojiza de los cabellos, se deben a un atento estudio.
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