RECINTO SAGRADO DE MENFIS
RECINTO SAGRADO DE MENFIS
Durante el Imperio Nuevo el río Nilo desvió sus
aguas hacia el lado este en la zona de Menfis,
espacio que fue utilizado para la construcción
de una vía procesional que llegaba hasta la
puerta sur del templo del dios Ptah, deidad a la
que estaba consagrado el recinto.
Ante la puerta de este templo fue colocada la
estatua, famosa por su perfección, realizada en
piedra caliza cristalizada del faraón Ramses II.
Rodeando la vía procesional existían templos,
capillas y estatuas.
También existía un santuario-estación, realizado
en tiempos del faraón Seti I sacralizado al dios
Ptah y a las diosas menfitas, en él existían grupos
de esculturas únicas en su genero. En sus muros
laterales existían reproducciones de escenas
sagradas realizadas en tres dimensiones.
Durante el reinado del faraón Ramsés II fueron
erigidos numerosos templos de entre los cuales
uno fue consagrado a la diosa Hathor.
En el lado oeste de la muralla del templo del
dios Ptah se levantó un gran pílono.
Delante de este templo se colocaron estatuas de
tamaño colosal que flanqueaban la gran sala
hipóstila. Junto a la puerta norte de la muralla
que rodeaba el templo fue colocada una escultura
del faraón Ramsés II junto al dios Ptah-Tatenen
y una esfinge de gran tamaño.
Junto a la puerta del lado oriental fue colocada
una estatua de gran tamaño, realizada en granito
rojo.
A unos cientos de metros de este lugar se
encontraban un templo del faraón Ramsés II y un
edificio del faraón Merenptah al que se accedía
atravesando una puerta de tamaño monumental.
Junto a estos edificios existían otro templo
consagrado al dios Ptah y un palacio-templo de
gran tamaño, cuya belleza estaba realzada por la
decoración de sus muros y columnas con azulejos
de loza policromada.
Los últimos faraones de la dinastía ramesida
inscribieron sus nombres en estos templos con el
fin de apropiarse de ellos y en la convicción de
su buen funcionamiento no realizaron ninguna obra
en ellos, tan solo cubrir sus necesidades.
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