Este faraón ocupo el quinto lugar de la XI dinastía
reina desde el año 2046 hasta el 1995 a. de J.C.
Sucedió a su padre el faraón Intef III. Fue él quien
finaliza la consolidación del país nuevamente
apoderándose de la
capital Tebas y toda la parte norte reunificándolo e
intentando reorganizarlo con prudencia y energía.
Reorganiza las provincias, conservando a sus
gobernadores unas veces y deponiéndolos en otras,
supo rodearse de excelentes colaboradores.
Realizo campañas en Libia, Asia y especialmente en
Nubia.
Su labor como constructor se desarrollo principalmente
en el Alto Egipto, destacando entre otras su templo
funerario en Deir el-Bahari (cerca de Tebas).
Se volvieron a explotar las canteras, necesarias para
la construcción de templos y palacios.
Reanudó el comercio marítimo.
Se produce en el ámbito religioso un renacer de las
deidades provinciales y locales. Se expande el culto
de Osiris que ira desplazando a los antiguos dioses
funerarios y aparece el culto de Amon en Tebas.
Los ritos fúnebres se democratizan a tal extremo de
que los particulares, llegaron a disfrutar de ciertos
privilegios, reservados a la realeza en lo referente
a la vida de ultratumba.
Se experimenta un renacimiento artístico siendo este
de poca categoría, debido a los materiales empleados.
Se realizan grandes tumbas talladas en la roca y con
pirámides en el patio.