LOS COMIENZOS DE LA CIVILIZACION EGIPCIA

LOS COMIENZOS DE LA CIVILIZACION EGIPCIA



Desde finales del Período Neolítico el Delta del río Nilo había empezado a conocer un mayor desarrollo que la zona del Valle; grandes poblaciones como las de Merimda y El Omari no encuentran similar en la zona sur. De la civilización del pueblo Omari, que aún no conoce el cobre, se ha encontrado un enterramiento en el que se halló un esqueleto, que en una de sus manos al parecer sostenía un cetro ames, lo que da fe de la antigüedad de algunos emblemas faraónicos.
En otro orden de cosas, no existen pruebas de movimientos de población importantes, ni de invasiones, durante el Período Predinástico lo que nos lleva a pensar que el aumento de población entre el final del Período Neolítico y la época dinástica fue continuado. Los habitantes de las riveras del río Nilo debían hablar ya egipcio, lengua derivada de una lengua nilótica, que dejó muestras en el vocabulario egipcio. Durante el Período Predinástico se supone que la zona del Bajo Egipto seguiría teniendo un mayor desarrollo que la zona del Alto Egipto; debido a la mayor fertilidad de sus tierras y a sus relaciones con Asia. Sin embargo, no se conocen restos arqueológicos de esta época en la zona del Delta, y solamente conocemos los yacimientos relacionados con la cultura Maadiense, cultura plenamente metalúrgica por lo que nos encontramos con un periodo de tiempo desconocido, entre el final del Neolítico, con un conocimiento premetalúrgico, y la cultura Maadiense, que ya posee un conocimiento plenamente metalúrgico, ello induce a pensar en la posible existencia de una cultura intermedia premaadiense, en la zona del Delta del río Nilo.
A pesar de la falta de pruebas, no es lógico pensar que Egipto se estancara en su desarrollo dada su relación con el próximo Oriente asiático, sin embargo es posible atribuir a esta época algunos hechos cuya memoria nos ha sido dada a conocer gracias a los textos religiosos posteriores, que nos permiten hacernos una idea aproximada de los acontecimientos que comenzaron a producirse en la zona del Delta del Nilo, acontecimientos que parecen ser el auténtico origen de la civilización egipcia. En época histórica los nomos eran pequeños asentamientos de población que poseían su propio sistema administrativo, el Estado se encontraba compuesto por la anexión de los diferentes nomos. Cada uno de ellos tenía su propia capital, donde se encontraban los servicios administrativos del rey, el templo de un dios considerado Señor de la ciudad y del nomo, un mercado al que podían acudir los habitantes del asentamiento. El rey era considerado sumo Sacerdote del dios local, situación que se repetiría durante los periodos intermedios de la historia de la civilización egipcia, cuando al debilitarse la autoridad del rey, los nomos tendían a independizarse, volviendo al localismo del que les apartar la reunificación del rey. Los nomos fueron también las células políticas primitivas que conformaron el Estado egipcio. Mini-estados autónomos originarios agrupados entorno a un santuario y regidos por un príncipe hereditario que era a su vez sacerdote.
En los nomos comenzaría un proceso expansionista cuyo fin fue la creación de la monarquía de los faraones, con la unificación de todos los nomos, el respeto de las diferentes instituciones, costumbres y concepciones, este método finalizó con la anexión de la zona del Delta del río Nilo por parte del Alto Egipto. Los elementos primarios de la religión egipcia fueron los dioses locales, divinidad suprema de cada uno de los nomos, siendo el faraón el sumo sacerdote, testimonio conocido gracias a los Textos de las Pirámides, los cuales se conservan de forma oral, antes de ser puestos por escrito. Entre los cultos más antiguos que se conocen en la zona del Delta del río, se encuentran Horus u Horo en Behudit del Norte y el de Neit en Sais. También se sabe que en Busiris el dios Osiris se superpuso a una divinidad anterior Andyeti. Se supone que el culto a los animales sagrados en época histórica procedía de una zoolatría primitiva, hecho parece constatarlo el enterramiento de animales, así como las figurillas y estandartes con su representación, de época predinástica. También constata esta zoolatría primitiva algunos nombres propios de dioses terminados en –w que parecen designar a su animal sagrado correspondiente; por ejemplo Anupu ( Anubis) El del chacal, Jnumu ( Cnum) El del murueco y Atumu ( Atum) El de la anguila. En época predinástica son muy característicos los animales sagrados que figuran en los estandartes de los nomos.
Conocemos representaciones de templos realizados en materiales ligeros como por ejemplo el de Sais. Encuato a los ritos funerarios, está comprobado la creencia en la conservación del cuerpo, así como las ofrendas de alimentos al muerto en la tumba, para conservarle la vida en el más allá, creencias que persistieron hasta el final de la civilización egipcia.
En un principio la agricultura se fundamentó en la irrigación incontrolada, que se encontraba asegurada por las crecidas del Nilo, más adelante por la irrigación controlada, lo que supuso la construcción de acequias y diques etc. Estos trabajos agrícolas, se finalizaron en época histórica, antes en la zona del Delta ( alrededor del año 4000) que en la zona del Valle del Nilo ( alrededor del año 3600), durante el Período Predinástico Antiguo.
Los excedentes agrícolas dieron como resultado el desarrollo acelerado de la civilización; creándose grandes ciudades en el Delta, en las que apareció la estratificación social y la división del trabajo, fue en estas ciudades donde se inventó la escritura. La existencia algunas de estas ciudades es conocida gracias a la arqueología y por documentos del período Tinita, como por los Textos de las Pirámides.
El calendario solar de 365 días es casi seguro un invento del período predinástico en la zona del Delta del río Nilo. Este calendario aportaba ciertas ventajas para el calculo de las estaciones del año, razón por la cual fue adoptado rápidamente por los egipcios. Sin embargo al no añadirle nunca años bisiestos, resultaba que cada cuatro años se separaban un día del año astronómico, con lo cual se producía un ciclo de 1460 años hasta que volvían a coincidir. Se calcula la fecha de este invento alrededor del 4241.



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